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Las alergias en nuestros animales domésticos

Lo que ya se conoce como la "epidemia del siglo XXI" en las personas, afecta también a nuestras mascotas, con las lógicas diferencias en cuanto a síntomas y tratamientos derivadas de su diferente anatomía y fisiología.

No está muy claro si el mayor número de procesos alérgicos diagnosticados en perros y gatos obedece a que se les presta mayor atención veterinaria y a un mejor conocimiento de este tipo de procesos o, como en las personas, a que circunstancias ambientales estén provocando un incremento de las reacciones de tipo alérgico.

Las "alergias" en general se pueden considerar como una reacción exagerada del sistema inmunitario frente a determinados estímulos. Estos se conocen como "alergenos", y, como ocurre en las personas, pueden tener diversa naturaleza: desde una proteína concreta incluida en la alimentación, hasta un estímulo fisco como la luz del sol.

La reacción que desencadena el contacto con los alergenos también puede ser muy diversa. En nuestros perros y gatos no es tan corriente como en las personas la reacción de tipo asmático. Estas reacciones se dan mas bien frente a agresiones violentas del aparato respiratorio como puede ser la inhalación de humo, fuertes infecciones, etc, pero raramente por inhalación de alergenos.

Perros y gatos sufren mas corrientemente reacciones de sensibilidad cutánea, con picores intensos, pérdida de pelo, y en casos graves aparición de ampollas o vesículas por toda la piel. Como consecuencia de los picores, el animal puede autolesionarse y hacerse heridas de diversa consideración. Debemos señalar que la reacción de sensibilidad cutánea se puede dar ante cualquier tipo de estímulo antigénico al que el animal esté sensibilizado, es decir, se puede producir por contacto de la piel con el alérgeno, pero también por alergenos inhalados (pólenes, polvo) o ingeridos con la alimentación, como es el caso de las alergias a la carne de pollo, vacuno, etc.

En todos los casos la reacción será de intenso picor, rascado, heridas por el rascado e incluso mordiscos que el animal se da desesperado por el picor. Esto quiere decir que muchas veces lo que el propietario interpreta como un problema de piel (le pican las pulgas), puede tener su causa en la alimentación. El caso mas corrientemente diagnosticado es el de la alergia a la saliva de las pulgas.

Otras manifestaciones de alergia pueden ser, en el caso de alergenos incluidos en la alimentación, diarreas violentas momentos después de ingerir el alimento. También se pueden dar reacciones hiperagudas con picor intenso de la cara, que empieza a hincharse y deformarse muy rápidamente. Estos casos requieren atención urgente del veterinario, pues aparte de la extrema incomodidad del animal, pueden poner en peligro su vida si el edema llega a la garganta impidiéndole respirar.

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