El baño de nuestro mejor amigo.
La higiene corporal es tan importante para nuestra mascota como para nosotros.
Lo primero que un perro o gato necesita para mantener una piel sana y un pelo bonito es una alimentación correcta y un cepillado diario. El cepillo elimina los pelos desprendidos, descamaciones y suciedad, causantes del mal olor, a la vez que proporciona un masaje que activa la circulación en la dermis y favorece la nutrición del pelo.
Entre la postura de aquellos que defienden que jamás se debe bañar a perros y gatos y la de los que les bañan continuamente para eliminar el olor propio de su especie, hasta el punto de provocarles graves enfermedades de piel, es posible encontrar un punto medio que convenga a la salud del animal y a las necesidades de higiene en nuestra vivienda.
Es un error tratar de eliminar el olor del animal a base de baños. Salvando las particularidades propias de cada raza, la mayoría de los perros huelen más cuanto más a menudo se les baña, por un efecto de rebote que les hace generar mas grasa para reponer la que eliminamos con los jabones y que su piel necesita para mantenerse sana. Los perros no sudan como nosotros y no necesitan bañarse tan a menudo para eliminar el olor de un sudor que no existe. Por otra parte, dada su mayor sensibilidad olfativa, perfumes que se añaden a los detergentes para hacerlos más agradables a nuestro propio olfato, pueden resultarles ellos tan ofensivos por lo intenso que intentarán eliminarlos revolcándose en restos de otros animales o incluso excrementos con lo que el efecto conseguido es mucho peor.
¿Con qué frecuencia se debe bañar a un perro?
Los perros que viven a la intemperie no necesitan muchos baños. Cuando viven dentro de nuestro propio hogar, un baño cada diez o quince días es más que suficiente. En alguno casos es recomendable incluso espaciar más los baños, hasta una vez al mes, si el animal tiene la piel especialmente sensible, o ante determinadas enfermedades, aunque en la actualidad existen champús adecuados para cada necesidad. Hoy en día la mayoría de los problemas vienen más de la utilización de un champú inadecuado para el tipo de pelo o problemas específicos de la piel de cada animal en concreto que de la frecuencia de los baños.
Una consideración especial en cuanto a los gatos: Por su hábito de lamer continuamente su pelaje para atusarse, se tragarán cualquier resto de jabón o lociones aplicadas sobre su piel, por lo que solo se usarán productos especialmente formulados para gatos. ¡Es evidente que un champú puede ser muy bueno para nuestra piel pero no nos sentaría muy bien si nos los bebiésemos!
La mayoría de los gatos pueden mantenerse perfectamente limpios por sí mismos sin demasiados baños, excepto las razas de pelo largo. En este caso el baño periódico con un producto adecuado nos facilitará enormemente el mantener el pelaje en buenas condiciones y libre de nudos.