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¿Perros con gafas?

Igual que en las personas, los perros pueden padecer diversas patologías oculares que limiten o incluso impidan su visión.

Las más corrientes son las cataratas, que muchos perros desarrollan al hacerse viejos. Las cataratas se producen al irse haciendo opaco el cristalino por diversas causas. En ciertos casos se puede producir una catarata súbita asociada a otras patologías, como una diabetes no tratada, pero en la mayoría de los casos su desarrollo es lento y progresivo

Casi todos los perros presentan un cierto grado de opacidad del cristalino a partir de cierta edad, por lo que se conoce este problema como "catarata senil". Dado que los perros tienen un poderosísimo olfato, su relación con el mundo viene más determinada por este sentido que, como en las personas, por la vista. Por ello son capaces de manejarse con bastante normalidad aún en el caso de una pérdida de visión que para nosotros sería un grave problema.De hecho muchos propietarios no son conscientes de la pérdida de visión progresiva de su mascota hasta que esta está prácticamente ciega.

En el extremo contrario, otros propietarios nos consultan alarmados por el ligero tinte "lechoso" que la pupila del perro va adquiriendo con la edad aunque no represente una merma significativa de su capacidad de visión.

Como en tantas cosas, la verdad está en el término medio: Si bien muchos perros desarrollan cataratas más o menos importantes a partir aproximadamente de los ocho años de edad, la mayoría harán una vida normal y morirán de viejos sin una pérdida significativa de su capacidad de relación con el medio.

No obstante, algunos si que pueden llegar a una pérdida total de la visión a edades relativamente tempranas.

¿Que hacer en estos casos?

Una vez descartada la presencia de otros problemas que afecten a la visión como el glaucoma, degeneración de la retina, etc, la catarata se puede operar. El tratamiento consiste en la eliminación del cristalino opaco, con lo que el perro recupera una parte importante de la visión, y su substitución o no por una lente intraocular.

Es difícil precisar en que medida le beneficia la lente intraocular, ya que, aparte de encarecer la operación, se dan muchas mas complicaciones postoperatorias con lente que sin ella, y la mayoría de los perros se manejan bastante bien sin lente. Por otra parte el cálculo de las dioptrías necesarias es siempre aproximado, por lo que es difícil que le proporcione una visión perfecta. Después de todo no pretendemos que nuestras mascotas vuelvan a leer y conducir, sino que no se vayan dando golpes con los muebles y sepan si están delante de su dueño o de otra persona, y para esto la simple eliminación del cristalino suele ser más que suficiente.

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