La elección del cachorro
Pararse a pensar un poco nos evitará muchos problemas en el futuro.
Una vez que hemos decidido hacernos con un perro, la elección de la raza adecuada es el punto más importante a tener en cuenta. ¿Por qué? Por que la mayoría de los fracasos en la relación entre el perro y sus dueños nace de una elección equivocada, llevando a problemas de convivencia, comportamiento, inadaptación e incluso al abandono del animal por sus propietarios.
En primer lugar, todos los miembros de la familia deben de estar de acuerdo en adoptar un animal. Tener un perro es complicado, y debemos estar de acuerdo en aceptar los inconvenientes que acarrea si queremos disfrutar también de sus ventajas. Además, las desavenencias en torno al animal influyen mucho en su carácter y comportamiento, convirtiéndoles más fácilmente en inestables o problemáticos.
Debemos pararnos a pensar un momento en el espacio del que disponemos para alojar al animal y el tiempo que le podemos dedicar. Un perro grande puede vivir perfectamente en un apartamento pequeño, siempre que dispongamos de tiempo y ganas para sacarle al menos una vez al día para que haga ejercicio y tres o cuatro veces para hacer sus necesidades. En caso contrario es mejor elegir una raza pequeña. Este problema no es tan importante si la casa dispone de jardín o de una gran terraza por la que el animal pueda moverse libremente.
También es importante considerar nuestra capacidad para educar y manejar al animal. Las personas mayores o con algún tipo de incapacidad física se benefician enormemente de la compañía de un animal, pero deberán hacerse con una raza pequeña, como el Pekinés o le Yorkshire Terrier, que puedan sujetar sin problemas en caso necesario y que no les exija tanto esfuerzo ni tiempo para sacarles a pasear.
Por el contrario, si eres una persona dinámica que quiere un perro que le acompañe a hacer footing, no son adecuadas estas razas, incapaces de hacer ese esfuerzo por mucho empeño que pongan en ello.
Todo esto parecen obviedades, pero todos los días oímos en nuestra consulta las quejas de propietarios insatisfechos por no haber elegido bien o por haber comprado un animal al primer impulso, viendo su cara de pena tras el escaparate de una tienda, sin pararse a pensar que el cachorrito simpático se convertiría en pocos meses en un animal enorme, de difícil manejo y futuro incierto.
¿Macho o hembra?
Esta decisión solo es realmente importante si el animal va a convivir con otros de su especie o se va a utilizar para la reproducción. Las hembras tienen fama de ser más cariñosas y pequeñas, y el inconveniente de ponerse en celo cada seis meses, aunque existen soluciones para este problema (anticonceptivos orales o inyectables, esterilización). Dos hembras pueden convivir sin problemas y dos machos también, aunque no sería rara alguna pelea esporádica entre ellos para establecer su jerarquía si son de tamaños similares.
