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El Síndrome Urológico Felino

Bajo este nombre se engloban una serie de procesos de causas mal definidas aunque todos conducen al mismo problema: el gato es incapaz de orinar, lo que pone en serio peligro su vida.

En ocasiones los gatos domésticos adoptan un comportamiento extraño que les hace ir cada poco a su cajón de arena a orinar, aunque no orinan nada o lo hacen en muy pequeña cantidad. Habitualmente el problema es que por diversas causa, el animal no puede orinar por que su uretra está obstruida: Si su propietario está atento enseguida notará un fuerte malestar, con lo que la vistita al veterinario acaba pronto con el problema, pero en caso contrario se puede llegar a la muerte del animal.

En la mayoría de los casos, el problema es una obstrucción de la uretra por depósitos minerales que forman una especie de "barrillo". En otras puede haber verdaderas "piedras" o cálculos, o la obstrucción estar determinada por una inflamación localizada o el crecimiento de un tumor. Afortunadamente estos casos son mucho más raros, por lo que la mayoría de las veces bastará una visita al veterinario para que sonde al gato y elimine la orina retenida, y una vez establecida la causa, tomar las medidas necesarias para que no se vuelva a repetir.

Aproximadamente un 90% de los depósitos minerales que obstruyen la uretra están formados por cristales de "estruvita". Estos se forman a partir de minerales que están normalmente presentes en la orina, pero que se precipitan por un cambio del pH de esta. Los carnívoros suelen producir una orina ácida, pero esta puede hacerse alcalina por motivos diversos, desde un problema metabólico a una determinada alimentación, infecciones, etcétera, lo que desencadena el proceso de formación de arenillas y todas sus posteriores consecuencias.

El problema es más habitual en gatos castrados, pero no por que tengan mas tendencia a formar cálculos, sino por que al reducirse el tamaño de su uretra tras la castración, esta se obstruye más fácilmente.


En todo caso, en ausencia de otros problemas que requerirían tratamiento específico (infección, tumoraciones), y una vez solucionada la retención de orina, que es lo más urgente, el cambio de alimentación suele ser suficiente para devolver el pH ácido a la orina y que no se vuelva a repetir. La resistencia natural de los gatos a cambiar de dieta venía dificultando enormemente el tratamiento de este problema hasta la aparición en el mercado de dietas comerciales específicamente desarrolladas para acidificar la orina y adaptadas al gusto de la mayoría de los gatos. Lo habitual es mantener al animal durante un par de meses con una dieta pobre en minerales y acidificante y pasar después a un pienso específico que mantenga la orina ácida pero aporte todos los nutrientes y minerales que un gato sano necesita.

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