Incontinencia urinaria: no siempre es un "accidente".
Muchos propietarios se quejan de que su perro padece incontinencia por que se orina en casa, pero la mayoría de las veces la causa del problema es otra.
Cuando un perro u otro animal pierde el control voluntario de la micción, decimos que padece incontinencia. Este es un trastorno poco frecuente, y muchas veces lo que el dueño llama incontinencia tiene mas que ver con una mala costumbre del animal.
La verdadera incontinencia puede ser de origen nervioso, por una fallo del mecanismo que controla el vaciamiento de la vejiga, como cuando un animal se orina ante las caricias del dueño o la presencia de un extraño o un ruido fuerte (incontinencia de stress).
Hay otras formas de incontinencia que no tienen un origen nervioso, como la que se produce en algunos machos o hembras después de la castración, o por malformaciones de nacimiento en el aparato urinario, presencia de cálculos en la uretra, etc.
La mayoría de las formas de incontinencia se pueden tratar mediante distintos fármacos en forma de comprimidos, aunque las que se deban a malformaciones o cálculos suelen requerir cirugía.
Pero ¿qué ocurre cuando el animal se orina en casa y no se debe a estas causas? Pues que probablemente haya un mal hábito del animal o de sus dueños u otra causa que podamos identificar. Es muy importante atender al aprendizaje de los hábitos higiénicos cuando es un cachorro, ya que si no se le motiva para orinar donde y cuando deba, el animal puede acostumbrarse a hacerlo cuando le apetece o cuando no están sus dueños delante, y estas costumbres son mucho más difíciles de corregir en el perro adulto.
Por otra parte al perro se le debe dar la oportunidad de salir tan a menudo como sea posible. Muchos se lo hacen en casa porque su vejiga tiene una capacidad limitada y simplemente no pueden aguantar más.
Existen casos en los que el problema está en un aumento de la cantidad de orina producida por el animal: comidas caseras con sal o golosinas que le hacen beber más, o bien problemas de riñón o endocrinos que lleven aparejados una mayor producción de orina. En estos casos el animal conserva el control de la micción, pero si no se le saca a menudo lo hará donde pueda.
En los casos en los que la micción en casa se debe a un marcaje territorial, se puede solucionar mediante la castración.
Por último, citaremos las infecciones del tracto urinario o cálculos vesicales: el animal orinará a menudo cantidades pequeñas de orina, a veces con sangre, porque un pequeño acumulo de orina en la vejiga ya le resulta muy molesto y necesitará eliminarlo cuanto antes, aun cuando conserve el control sobre la micción.
En todos estos casos puede haber una solución, que no se planteará si el dueño del animal da por hecho que su animal se orina en casa porque padece una incontinencia y no identifica el verdadero problema.