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Intoxicaciones Domésticas.

Nuestros perros y gatos sufren frecuentemente envenenamientos con productos que guardamos en casa si no tenemos cuidado de mantenerlos fuera de su alcance.

Muchos productos utilizados en las tareas de limpieza doméstica contienen ingredientes que pueden causar serios trastornos a nuestras mascotas si son ingeridos. En la mayoría su fabricante advierte en el etiquetado que no deben dejarse al alcance de los niños, pero a veces quedan al alcance de nuestros animales domésticos, bien por descuido del dueño o bien por que su natural curiosidad les lleva a encontrarlos allí donde los habíamos guardado.

La mayoría de las intoxicaciones domesticas se producen por ingestión de productos de limpieza. Estos contienen ingredientes activos que pueden ser irritantes o incluso a veces provocar serias quemaduras.

El caso más típico es el del cachorro que se pone a mordisquear un envase de lejía, aguafuerte, desatascadores de cañerías, etcétera y al perforarlo con los dientes se produce quemaduras en la piel y boca e incluso aparato digestivo si llega a ingerirlo. En estos casos es conveniente intentar eliminar la mayor cantidad posible del tóxico de sobre la piel lavando cuanto antes las zonas afectadas, especialmente si ha afectado a los ojos, pero no se debe intentar provocar el vómito, pues si estos productos han provocado quemaduras al entrar en el aparato digestivo, volverán a provocarlas o agravarán las existentes al salir mediante el vómito. Es mejor hacer ingerir al animal un poco de agua o leche para que el producto se diluya y no resulte tan irritante, pero no en tanta cantidad que le vaya a hacer vomitar. Posteriormente habremos de procurar asistencia veterinaria cuanto antes al animal intoxicado, pues las lesiones suelen ser graves. Si se puede es conveniente llevar el envase del producto ingerido al veterinario con el fin de poder tomar medidas más específicas contra el tóxico concreto de que se trate.


Especial cuidado debemos tener si utilizamos venenos contra los ratones u otras plagas domésticas, para depositarlos en lugares donde no sean accesibles a nuestras mascotas. Al ser estos venenos productos de acción más bien lenta, no siempre su propietario relaciona los síntomas con su ingestión, aunque si sorprendemos al animal comiéndolos o creemos que hace poco que los ha ingerido, provocar el vómito puede ayudar a reducir la gravedad de la intoxicación. Para ello podemos dar al animal una solución a partes iguales de agua corriente y agua oxigenada (una pequeña cantidad bastará para hacerle vomitar). Si el animal ya presenta síntomas de intoxicación, no sirve de nada el vómito. Es mejor acudir al veterinario cuanto antes, y, si es posible, aportar información (una vez mas es bueno conservar el envase) sobre el tóxico concreto, para poder adoptar medidas más específicas que mejoren las posibilidades de salvación de la mascota.

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