Embarazos           no deseados en nuestras perras.
              La           actividad sexual de nuestros animales de compañía acarrea           no pocos inconvenientes a la mayoría de sus propietarios.
               Las perras entran en celo aproximadamente dos veces al año, y se           mantienen en este estado durante unas tres semanas. En este periodo tienden           a escaparse y vagabundear, se hacen menos obedientes, y si tienen oportunidad           de irse, volverán (si no tienen un accidente) casi con seguridad           embarazadas.
              Después           del celo, incluso si hemos conseguido evitar un apareamiento, la perra           puede sufrir los que se llama una pseudogestación, con alteraciones           del carácter y comportamiento e incluso producción evidente           de leche en las mamas. Si llega a este extremo, necesitará tratamiento           veterinario.
              Las           perras enteras (no esterilizadas), padecen con frecuencia infecciones           uterinas o piómetra, que requieren una operación para salvar           la vida del animal. Cuando llegan a viejas, corren también riesgo           de desarrollar tumores y quistes en las mamas que pueden ser cancerosos.
              Con           el fin de evitar todos estos problemas, los veterinarios recomendamos           habitualmente la supresión del celo en aquellos animales que no           se vayan a dedicar a la reproducción, bien de manera temporal (si           se espera sacar una camada pasado un tiempo) mediante un tratamiento anticonceptivo,           o bien de manera definitiva, si está claro que la perra no va a           criar más.
              Los           tratamientos anticonceptivos deben ser empleados bajo la estricta supervisión           del veterinario, pues mal utilizados pueden ser una fuente de problemas           más graves que el que se pretende evitar.
               Está demostrado que las perras esterilizadas viven más tiempo           y con menos problemas de salud. La esterilización consiste en la           eliminación de los ovarios. Habitualmente se elimina también           la matriz, pues es un órgano que solo le serviría para darle           problemas en el futuro. Muchas propietarias, conocedoras de los problemas           que esta operación causa en las mujeres, son reacias a esterilizar           sus perras pensando que es malo para ellas. La perra no sufrirá           ninguno de los trastornos habituales en las mujeres (osteoporosis, depresión,           alteraciones hormonales, etc.), sino que por el contrario, su carácter           y vitalidad seguirán siendo los mismos y su salud general se verá           beneficiada. Otra de las ventajas de la esterilización, es que,           si se realiza a una edad temprana (antes de los 3 o 4 años de edad),           se reduce casi por completo la posibilidad de que la perra desarrolle           tumores en las mamas, que aparecen al final de la vida en casi todas las           perras que no han sido esterilizadas y que requieren la eliminación           quirúrgica de las mamas.
              
                A veces se oye por ahí que las perras engordan mucho después           de operadas, pero esto no es cierto: las que engordan es porque comen           mas de lo que deben. Recuerda que tu perra envejece unas seis veces más           rápido que tu y necesitará menos comida cada año.