Tu gato Persa: ¿están sus riñones a salvo?
La enfermedad del riñón poliquístico del gato persa es un problema mucho más frecuente de lo que parece.
Con el incremento de medios de diagnóstico en las clínicas veterinarias, cada vez se descubren más casos de riñón poliquístico en gatos persas.
¿Qué es esta enfermedad, de la que la mayoría de propietarios no han ni siquiera oído hablar?
Se trata de una enfermedad hereditaria también conocida en las personas, en las que se considera una de las enfermedades genéticas más frecuentes. No nos llamemos a engaño, que se presente en ambas especies no quiere decir que se pueda "contagiar" de los gatos a las personas.
Es un problema con el que se nace y que se transmite de padres a hijos. Se caracteriza por la presencia de quistes en el riñón, pequeños al principio pero que con el tiempo se harán cada vez más grandes, impidiendo su funcionamiento normal y abocando al enfermo a un fallo renal fatal.
Dado que sus síntomas suelen aparecer tarde, alrededor de los 7 años o más de vida del gato, a veces permanece sin diagnosticar durante mucho tiempo, pudiendo darse el caso de que el gato muera antes por otra causa o sin haber presentado síntomas de enfermedad renal. No obstante, el problema estará ahí y se transmitirá a su descendencia.
Una vez que se establece la insuficiencia renal, el gato puede presentar una sed exagerada, falta de apetito, depresión y aumento importante de la cantidad de orina que produce, acompañados normalmente de pérdida de peso, y, finalmente, la muerte.
Puesto que es una enfermedad que no tiene cura, es importante irla eliminando de nuestros gatos utilizando para la reproducción solo gatos libres de ella.
Su diagnóstico puede ser muy precoz, pues los quistes están presentes en el riñón desde el momento del nacimiento, aunque se irán haciendo mayores al envejecer. Una ecografía a los 10 meses de edad nos puede mostrar casi con total seguridad si el gato presenta quistes o no. Los que no los tienen se consideran genéticamente limpios, pues es una enfermedad dominante: basta con que uno de los padres la tenga para que se presente en los hijos. Por lo tanto se deberían esterilizar todos aquellos, machos y hembras, que presenten quistes en el riñón.
En la actualidad se considera que es un problema mucho más extendido de lo que se cree, y los criaderos serios ya seleccionan sus reproductores para que estén limpios de esta enfermedad. Se reconoce su importancia sobre todo en las razas Persa y Exótico (persa de pelo corto), en las que más casos se han diagnosticado. Es de suponer que aparezca en otras razas también, aunque quizás la menor atención veterinaria que se les presta haga permanecer el problema oculto, atribuyéndose la muerte del gato a otras causas.