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Mantenimiento de primates como animales de compañía.

Muy evolucionados psicológicamente, su inteligencia plantea retos especiales para mantenerlos en cautividad.

Simios y prosimios constituyen un grupo muy cercano en cuanto a su psicología y fisiología a la especia humana. Esto y su aspecto "semihumano" cautiva a muchas personas que deciden adoptarlos como animales de compañía.

Lo ideal para mantenerlos en cautividad sería alojarlos en pequeños territorios parecidos a su hábitat natural, en los que una pareja o un grupo pequeño tenga las condiciones favorables para su desarrollo. En estas condiciones, suprimidos los factores adversos como depredadores, parásitos, falta de alimento, climatología, etcétera, llegan a vivir muchos más años que en su hábitat natural.

Pero la mayoría de las personas que adquieren un primate es para mantenerlo como animal de compañía dentro de su vivienda. Esto plantea retos especiales, pues el animal llega a considerarse parte de la familia y sin un manejo cuidadoso puede llegar a tener serios problemas psicológicos y de convivencia.

Son animales capaces de sentir y expresar, a veces de forma violenta, sentimientos como la ternura, pena, alegría o enfado. Su relación con los otros miembros de la familia, cuando no están rodeados de seres de su propia especie, puede llegar a ser obsesiva o morbosa, causando problemas cuando sus dueños carecen de tiempo para darle toda la atención que reclaman. Para afirmar su personalidad y seguridad son imprescindibles las demostraciones de cariño y ternura, pero cuidando siempre de no "ceder terreno" en cuanto a su posición dentro de la familia, pues si se les deja hacerse dominantes pueden plantearse numerosos problemas que impidan mantenerlos en semilibertad por la casa (además su innata curiosidad les lleva a veces a hacer numerosas "travesuras" si dejamos a su alcance cosas de valor que puedan estropear).

primatesSu extraordinaria inteligencia exige que los recintos o jaulones donde se mantienen posean cierres muy seguros, a prueba de su gran habilidad manual. Es imprescindible una higiene muy escrupulosa para mantenerlos libres de olores desagradables y parásitos externos. No debemos olvidar que su proximidad fisiológica con la especie humana exige una profilaxis sanitaria para evitar el contagio de enfermedades afines entre ambas especies, con la correspondiente aplicación de vacunas contra afecciones epidémicas en función de la especie concreta de que se trate.


En cuanto a su alimentación, la mayoría de las especies son omnívoras (es decir, capaces de comer "de todo"), por lo que a veces se pueden mantener a base de sobrantes de cocina, pero esta práctica no es muy aconsejable, tanto por razones dietéticas, como sanitarias y psicológicas.

 

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