La primera visita al veterinario
Muchos propietarios demoran la primera consulta hasta que el animal enferma, olvidando que la primera misión del veterinario es evitar el contagio de enfermedades a las personas y que no hay mejor medicina que la prevención.
No es rara la llegada a nuestra consulta de perros que llevan desde tres meses a un año o más en casa para su primera vacunación. Incluso animales más viejos que vienen por primera vez al veterinario porque se han puesto enfermos y hasta entonces habían estado aparentemente sanos según sus dueños.
Los consejos de los vecinos o "entendidos" sobre la edad adecuada para poner las primeras vacunas llevan a muchos propietarios a demorar la primera revisión del animal, exponiendo a la familia u otros animales domésticos a posibles contagios.
A nuestro entender, la primera visita al veterinario es la más importante de todas.
En primer lugar, nos permite asegurar que el recién llegado a casa no es portador de enfermedades transmisibles a las personas, o que no padezca ya alguna enfermedad que ponga en peligro su vida.
Por otra parte, establece las bases para la futura relación del animal con el veterinario y de este con sus propietarios. No debemos olvidar que estas relaciones deben estar basadas en la mutua confianza y comprensión. Si el animal viene por primera vez estando sano, un veterinario capaz hará que esta primera visita sea agradable para él, se ganará su confianza, y hará que en las próximas visitas el animal venga confiado y se deje explorar adecuadamente, facilitando un posible diagnóstico y evitando medidas de contención o sedación que son desagradables para el animal y costosas para su dueño.
Por el contrario, aquellos animales que solo nos visitan una vez han enfermado, siempre asociarán al veterinario con el dolor, malestar, o manipulaciones y tratamientos que pueden ser dolorosos o desagradables, resistiéndose a la exploración y dificultando el diagnóstico.
¿Cuál es el mejor momento para la primera visita al veterinario?: Antes de llevar al animal a casa.
Una desparasitación preventiva y una puesta al día de las vacunaciones es imprescindible para asegurar en la medida de lo posible la buena salud del animal y la ausencia de enfermedades trasmisibles a las personas.
La primera vacuna se pone en los perros a las seis semanas de edad, y en los gatos cuando cumplen los dos meses, y retrasar su aplicación lo único que hace es exponer al cachorro a infecciones potencialmente mortales.
Los parásitos trasmisibles a las personas pueden estar en los cachorros incluso antes, por lo que recomendamos la desparasitación ya a partir del mes de edad.